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Por: Manuel Ángel Fernández Mateo
Prohibido prohibir. Recuerdo ahora con nostalgia y vigencia el slogan del Mayo del 68, que extendió su partida de defunción al concepto de autoridad y legitimó la idea de que todo exceso de potestad es, cuando menos, sospechosa.
Y es que, a base de prohibiciones, nos quieren imponer un estilo de vida propio. Ya no se podrá fumar casi en ningún sitio (y no soy fumador), habrá que descolgar los crucifijos en las aulas y eliminar alguna que otra fiesta tradicional (y soy un defensor de lo laico) y, en Cataluña, no nos dejarán ir a los toros (y, sí, me gusta la fiesta nacional)
Prohibir por prohibir. Ya no podrás bajarte casi nada de Internet. Incluso hasta no podrás tener tu aire acondicionado a más de 26 grados, por alguna ocurrencia de un tal Sebastián.
Prohibir por prohibir, injerencia de lo público en el ámbito de lo individual, incluso de lo más íntimo, imposición de un modo de vida. Creo que todo esto es, simplemente, un atentado...contra la libertad.
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